En abril de 2002, el CITI organizó la primera Consulta Mundial de los Pueblos Indígenas sobre el Derecho a la Alimentación en Sololá (Guatemala). Mediante la Declaración de Atitlán, adoptada por consenso de los participantes de todas las regiones, se afirmó que “el derecho a la alimentación de los pueblos indígenas es colectivo y basado en nuestra relación especial espiritual con la Madre Tierra, nuestras tierras y territorios, medio ambiente y recursos naturales que proveen nuestra alimentación y “tradicional”. El Programa de Soberanía Alimentaria del CITI fomenta la participación informada de los pueblos indígenas, incluidos los productores de alimentos tradicionales y los poseedores de conocimientos, en los procesos locales, nacionales, regionales e internacionales para proteger y restaurar sus sistemas alimentarios tradicionales. El CITI proporciona capacitación comunitaria y organiza reuniones para los pueblos indígenas con el fin de crear apoyo mutuo, desarrollar estrategias colectivas y compartir conocimientos, prácticas, semillas y métodos tradicionales. El CITI también defiende los derechos a la tierra, el agua, los conocimientos tradicionales, la cultura y los tratados que constituyen la base de la soberanía alimentaria y apoya el establecimiento de zonas indígenas de soberanía alimentaria libres de plaguicidas, OGM e industrias extractivas.