Oro, Avaricia y Genocidio

Gold, Greed & Genocide: 20 Years Later

La fiebre del oro de California

La fiebre del oro de California comenzó el 24 de enero de 1848, cuando James W. Marshall encontró oro en Sutter's Mill en Coloma, California, a unos 80 kilómetros al noreste de Sacramento. Al escuchar la noticia, aproximadamente 300.000 personas llegaron a California procedentes de todos los rincones de Estados Unidos y del mundo. La afluencia de mineros alcanzó su punto máximo en 1849, dando lugar al término “49’ers”. El oro de California revitalizó la economía de los Estados Unidos, y el repentino aumento de la población permitió que California alcanzara rápidamente la categoría de estado en 1850. La fiebre del oro propició la creación de la ciudad de San Francisco, que sigue siendo el principal centro urbano del norte de California hasta la fecha.

Para cuando terminó la fiebre del oro, California había pasado de ser un territorio mexicano poco poblado a tener uno de sus dos primeros senadores estadounidenses, John C. Frémont, seleccionado como el primer candidato presidencial del nuevo Partido Republicano en 1856.

Repercusiones para los pueblos indígenas de California

La fiebre del oro produjo graves efectos en los pueblos indígenas de California y provocó una disminución acelerada de la población nativa a causa de enfermedades, genocidio e inanición. Más de 150.000 personas indígenas vivían en California antes de la fiebre del oro, con culturas y economías sostenibles basadas principalmente en la caza, la recolección y la pesca. Para 1870, la población nativa de California había disminuido a un estimado de 31.000, de los cuales más del 60% perecieron a causa de las enfermedades introducidas por los 49ers. Las tribus también fueron sistemáticamente expulsadas de sus tierras, reubicadas por la fuerza en misiones y reservas, esclavizadas y brutalmente masacradas. En 1851, el gobierno del estado de California pagó un millón de dólares por las expediciones de desolladura. En 1855 se pagaban 5 dólares por la cabeza cercenada de un indio en Shasta y en 1863 se pagaban 25 centavos por un cuero cabelludo en Honey Lake.

Se vendieron más de 4.000 niños indígenas con precios que oscilaban entre los 60 dólares por un niño y los 200 dólares por una niña. En los siglos XIX y XX, los niños indígenas también fueron trasladados por la fuerza a internados gubernamentales y eclesiásticos donde se les prohibió hablar sus idiomas. Muchos fueron colocados a la fuerza en “programas de capacitación laboral” donde se los utilizó como mano de obra esclava en hogares, granjas, operaciones madereras y otras empresas.

Los legados de estas prácticas genocidas, incluyendo la pérdida de tierras, medios de subsistencia, prácticas culturales, lenguas, identidad y soberanía política, persisten hasta el día de hoy. La buena noticia es que el trabajo de sanación, restauración y revitalización llevado a cabo por los pueblos indígenas en toda California para revertir estos impactos está logrando resultados notables y positivos.

Repercusiones medioambientales y para la salud

Durante la fiebre del oro de California, los mineros en su fervor excavaron 12.000 millones de toneladas de tierra, los lechos de los ríos y dinamitaron laderas. También usaron mercurio para extraer oro del mineral, liberando unas 7.600 toneladas del químico tóxico en los ríos y lagos del norte de California. La cantidad de mercurio necesaria para infringir las normas sanitarias federales hoy en día equivaldría a un gramo en un lago pequeño.

El mercurio elemental es un metal pesado que persiste en el medio ambiente. Se transforma en metilmercurio altamente tóxico una vez que se libera en las vías fluviales, el cual se bioacumula en los tejidos de las plantas, los animales y los seres humanos. El metilmercurio tiene numerosos impactos perjudiciales para la salud. Está reconocido como una neurotoxina que puede causar graves impactos a largo plazo en los cerebros y sistemas nerviosos en desarrollo de los bebés no nacidos y recién nacidos y de los niños pequeños.

El mercurio es un problema mundial. Las principales fuentes de exposición humana son el consumo de pescado contaminado, las plantas eléctricas de carbón, los procedimientos y desechos médicos y dentales, la minería de oro en pequeña escala que todavía utiliza el mercurio para la extracción de minerales, y las emisiones de las minas abandonadas. En 2013, las Naciones Unidas finalizaron la Convención de Minamata sobre el Mercurio, que hace un llamamiento a los países a reducir el uso y la liberación de mercurio y a limpiar los lugares contaminados.

Proyecto “Oro, avaricia y genocidio” del CITI: Promoción de la verdad en la historia

En 1999, el Estado de California conmemoró el 150º aniversario de la fiebre del oro, y distribuyó un programa de estudios para su uso en las escuelas públicas de California que omitió por completo sus repercusiones en los pueblos indígenas de California. Como resultado, el Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI) colaboró con Project Underground para producir el laureado video de 26 minutos de duración titulado “Oro, avaricia y genocidio: la tragedia indescriptible de la fiebre del oro de California” para su uso en las escuelas secundarias, junto con una guía de estudio complementaria en la que se destacan los impactos históricos y continuos desde la perspectiva de los pueblos indígenas de California.

En 2019, el CITI recibió apoyo para producir un anexo en el que se ofrecían actualizaciones sobre dos cuestiones clave abordadas en el primer video: la revitalización de las culturas nativas de California y la labor que se está realizando para proporcionar información sobre el mercurio y promover su eliminación y limpieza. Ambos videos pueden verse en esta página o en el canal de YouTube del CITI en: https://www.youtube.com/channel/UCFyhEwhSEY9do8KMewePRtw. También se incluyen enlaces a otros recursos relevantes sobre la fiebre del oro de California.

Recursos educativos sobre la fiebre del oro de California y sus impactos en los pueblos indígenas y el medio ambiente de California

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